Presentamos a Alberto Munárriz Egaña, el navarro que se está comiendo el mundo. Comenzó su carrera en su Pamplona natal, jugando en el Larraina y en el Waterpolo Navarra. En 2013, jugó su primer campeonato internacional con España y fichó por el Zodiac CNAB. Desde entonces, ha demostrado ser un jugador excepcional, contribuyendo a los logros de su equipo en numerosas competiciones y acumulando también varios títulos individuales al jugador destacado.
En su palmarés acumula diversas medallas como el oro europeo en Zagreb 2024, el mundial en Budapest 2022 o la World Cup de Los Ángeles 2023. También brillan sus platas europeas de 2018 y 2020, y los bronces de 2022, 2023 y 2024.
¿Quiénes han sido tus modelos a seguir en el mundo de waterpolo? ¿Cómo han impactado estas influencias en tu estilo de juegos y en tu carrera?
Es aburrido, pero es uno de ellos: nadar. Es lo que hay. Al final te desplazas así y muchas veces nos tocará hacer cosas que no nos gustan, pero que al final necesitamos para llegar bien, para estar preparados. Y creo que es muy importante. Creo que es muy importante todo el tema de preparación física, englobando gimnasio, piernas… toda la capacidad de juntar este físico con la técnica individual.
Y luego creo que es muy importante el aspecto de entender el juego. El aspecto táctico de poder entender qué es lo que requiere de ti cada jugada, cada situación, cada defensa. Conseguir leer. Creo que es la parte más complicada y creo que se puede ir adquiriendo hasta un determinado nivel mientras vas avanzando en tu carrera. Porque también son como experiencias que vas sumando. Y creo que esto es lo más importante y también lo más difícil de adquirir.
Has podido jugar en grandísimos partidos tanto a nivel de club como de selección a lo largo de tu carrera. Muchos partidos que han sido determinantes para la consecución de muchísimos títulos. Y los que te quedan. ¿Cómo gestionas esa presión antes y durante los partidos de máximo nivel como finales?
Pues creo que es algo que también va un poco relacionado con lo de aprender a jugar. Se aprende mucho: cuantos más partidos juegas, creo que más veces has estado en esa situación y más prueba y error has hecho. Muchas veces pues es lo que hay. Nosotros hemos perdido finales y es muy duro, pero creo que el hecho de seguir jugándola, seguir estando ahí, hace que aprendas a gestionar emociones, sensaciones, la presión… saber qué hacer en esos partidos. Y creo que es algo que se adquiere.