Para jugar al waterpolo, la piscina debe cumplir con una serie de características para que todas las reglas de este deporte puedan cumplirse correctamente durante el desarrollo del juego. Quien sabe de waterpolo sabe que no cualquier piscina vale, al menos no para las competiciones oficiales.
¿Cuáles son estas características? ¿Cómo debe ser una piscina para que sea óptima para jugar al waterpolo? En este artículo te explicamos de manera breve todo lo que debes saber sobre las piscinas para desarrollar este deporte.
La piscina de waterpolo: medidas, profundidad y mucho más
Para jugar entre amigos al waterpolo vale prácticamente cualquier espacio pero, como hemos dicho, las piscinas deben cumplir con unos requisitos para competiciones oficiales.
Las dimensiones del campo de competición son de 30 metros x 20 metros para el waterpolo masculino y 25 metros x 20 metros para el waterpolo femenino. En ambos casos, además, la profundidad debe ser de mínimo 2 metros. Generalmente, lo que se hace es tener una pared móvil para que así la piscina sea adecuada para las disciplinas de natación.
No obstante, hay otros elementos fundamentales en el waterpolo más allá de la profundidad y el tamaño. La piscina debe delimitar de manera visual las líneas de juego, fuera juego, etc. Además debe tener el accesorio que se pone en mitad de la piscina y que porta el balón para los saques iniciales. Este accesorio se recoge, pero debe estar habilitado para ello.
Se debe entender que la piscina de waterpolo es la base del juego, al igual que ocurre en todos los deportes que precisan de un campo para llevarse a cabo. Contar con espacios de calidad que reúnan los requisitos necesarios para jugarlo es fundamental.
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