LEWaterpolo

División
de Honor
2023 - 2024
2022 - 2023
2023 - 2024
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Una charla con Víctor Gutiérrez

Víctor Gutiérrez Santiago ha entregado su vida al waterpolo. Con 32 años, aún juega en la máxima categoría de este deporte entre las filas del Geodesic Real Canoe NC.  

Su aventura con el waterpolo comenzó en el Club Natación La Latina, donde estuvo hasta que, con 18 años, firmó su primer contrato profesional con Real Canoe NC. Después de veinte años disfrutando de su deporte cerca de casa, en 2019 se mudó a tierras catalanas y fichó por CN Terrassa.  

Entre tanto, desde su ingreso en el Centro de Tecnificación de Natación de Madrid, Víctor ha sabido compaginar su desarrollo como deportista con su formación académica. De hecho, es graduado en las carreras de Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Rey Juan Carlos, en el máster en Comunicación Corporativa, Eventos y Protocolo por el ESERP y en MBA por la UCAM. 

¿Qué le atrajo del waterpolo? ¿Cree que eso que le hizo probar este deporte sigue presente después de tantos años dedicándose a ello? 

Pues mira, yo empecé a jugar waterpolo por pura casualidad. Llevo nadando desde que tengo dos años y, más o menos a mis ocho años, cerró la piscina donde yo nadaba. Entonces, como siempre me ha gustado mucho el agua, mis padres buscaron un nuevo club en el que poder seguir nadando. Y encontramos el Club Natación La Latina. Rápidamente, una vez entramos mi hermano y yo, me ficharon para el club de waterpolo. Ya en cuanto conocí la pelota y las porterías, cambié el balón por las gafas. Fue un flechazo. Un amor a primera vista. 

Y la verdad que creo que a día de hoy todavía siguen en el deportista que soy esa pasión y esa ilusión del niño. El waterpolo es mi mayor pasión, lo que más me gusta, y lo sigo disfrutando como cuando tenía ocho años.  

Y ahora que ha pasado a un nivel más alto, comparado con el de ese niño de ocho años, ¿qué rol cumple en su club, en Real Canoe NC? ¿Cómo describiría su contribución al equipo? 

Bueno, evidentemente, ahora estoy en otra etapa deportiva. Estoy disfrutando muchísimo este nuevo rol que tengo y creo que lo que aporto es, sobre todo, gol – que creo que es una de mis principales características como jugador - y luego veteranía y liderazgo, dos factores muy importantes en el deporte. 

Si no me equivoco, el Canoe es el equipo más joven de toda la liga. Entonces, tener un jugador como yo, que ya tiene 32 años, que ha jugado - esta es mi 15.ª temporada, que se dice pronto -, a los chicos creo que les viene muy bien. Es tener ese punto de veteranía y de liderazgo en algunos momentos complicados, algo que a la gente joven, aunque es verdad que hay mucho talento, le cuesta un poco más.  

Nos cuenta que su veteranía aporta al equipo y que los deportistas más jóvenes se pueden guiar con usted. ¿Cree que tiene un papel de líder? Si es así, ¿qué características debe cumplir un buen líder en un equipo de waterpolo? 

Sí, creo que sí que cumplo ese papel de líder en el equipo. Creo que el liderazgo lo que necesita de la persona que lo ejerce es compromiso, en primer lugar, y luego llevarse bien con todo el mundo. Evidentemente, en algún momento tienes que levantar la voz cuando toca, pero el objetivo no es que la gente te vea con temor o con un respeto malentendido, sino todo lo contrario: como una persona cercana, como una persona en la que apoyarse. Al final es eso. Cuando tú vas jodido en el agua, que mires al lado y veas a esa persona tirando a lo mejor con esa tranquilidad o con esa cara de decir "ahora lo vamos a conseguir". Yo creo que ese es el liderazgo. El saber llevar el equipo en los momentos más complicados. 

Víctor acumula numerosos títulos en su carrera deportiva. Entre ellos, los de subcampeón de Europa sub-18, subcampeón del mundo sub-20 y subcampeón de la Copa del Rey en 2013 y 2020. De hecho, ha sido internacional en más de 70 ocasiones con la selección española, con quien disputó el Mundial del año 2017. También ha sido el máximo goleador de la División de Honor española en las temporadas 2016/17, 2017/18 y 2018/19.  

Pasando ya a su trayectoria como jugador, ha cosechado muchos logros, incluidos campeonatos mundiales y títulos nacionales. Pero, ¿cuál cree que es el momento que más le ha marcado en toda esta carrera deportiva?  

Pues por suerte tengo muchísimos momentos, muy bonitos, a lo largo de mi carrera. Mi debut en División Honor, mi primer gol, mi debut con la selección española, las finales que he jugado de Copa del Rey, participar en la Champions...  Son muchos momentos, pero yo creo que para mí el más bonito fue, no solamente por lo deportivo, sino también por el grupo humano que teníamos y por el equipo y la amistad que hicimos, el Campeonato del Mundo Sub20 en 2011. Fue en Volos, llegamos a la final e hicimos plata. Creo que, para mí, es uno de los momentos más bonitos de mi carrera. 

Ya te digo, no solamente por la parte deportiva, que evidentemente llegar a una final de un mundial - además, recuerdo que hacía muchísimos años que no se llegaba a una final de un mundial -, sino por el grupo que hicimos, por los lazos que estrechamos entre los compañeros. Y la verdad que fue muy bonito. 

En octubre de 2021, Víctor fue nombrado Secretario de Políticas LGTBI del PSOE por el Secretario General del partido en ese momento, Pedro Sánchez. Esto le obligó a volver a Madrid y, por tanto, abandonar las filas del CN Terrassa con la temporada ya iniciada.  

En esta trayectoria, vivió una etapa en Barcelona y tuvo que volver a Madrid por cuestiones laborales, teniendo que hacer también un parón en la alta competición. ¿Qué percepción tuvo del waterpolo durante este tiempo? ¿Qué le hizo seguir adelante con la alta competición después de ese año parado? 

Pues en mi vida aparece un tren que yo no esperaba y decido cogerlo. Durante un tiempo corto, pero que se me hizo muy largo, tuve que dejar de hacer waterpolo. No podía tampoco jugar en División Honor y la verdad es que lo eché mucho de menos. Cuando apareció esta oportunidad, yo no sabía si iba a significar que definitivamente tenía que dejar el deporte, y al poco tiempo me di cuenta de que iba a buscar la manera de compaginarlo. 

En este tiempo incorporado plenamente al mercado laboral me he dado cuenta de muchas cosas. La primera, que el deporte te prepara para todo. Muchas veces los deportistas estamos ahí y no somos capaces de ver todas las herramientas que nos da el deporte. Yo me siento absolutamente preparado ahora para afrontar cualquier reto en mi vida gracias al deporte. El deporte te enseña a sufrir, a ser disciplinado, a comprometerte... y para mí la mayor lección no es solamente el saber ganar, que eso por supuesto que el deporte te lo enseña, sino saber perder. Porque desgraciadamente perdemos muchas más veces en la vida de las que ganamos. Y el deporte te prepara para ello.  

Así que bueno, fue una etapa corta pero que se me hizo larga, y rápidamente decidí que quería buscar la manera para seguir compitiendo. No vengo todos los días, no hago doble sesión, pero sí que procuro venir lo máximo que puedo y disputar todos los partidos posibles. Y estoy muy, muy, muy feliz. 

Me alegro mucho por eso. Está claro que Cataluña tiene la hegemonía de nuestro deporte, del waterpolo español. Ya que conoce ambos lados, porque ha jugado fuera de Cataluña y luego en Barcelona, ¿qué desafíos cree que experimentan los clubes de otras comunidades para jugar en esta élite?  

Claro, partimos aquí de una mayor tradición en Cataluña. Es cierto que prácticamente cada barrio tiene su instalación deportiva, con su piscina acondicionada para competir, sus clubes... Y al final eso da mucho nivel. Yo recuerdo, cuando jugaba en Barcelona, que prácticamente cada semana tenías un entrenamiento de partido con algún equipo de allí. A la hora de moverse los jugadores y de cambiar de equipo es mucho más sencillo. Entonces creo que sí, que en el resto de las comunidadeslo tenemos un poco más complicado, precisamente porque no hay tantos clubes, porque es mucho más difícil moverse... Pero no creo que sea una cuestión de talento. Por ejemplo, si juntásemos a todos los jugadores madrileños que tenemos desperdigados por España, pues tendríamos un equipo para aspirar absolutamente a todo.  

Entonces yo creo que es un tema más del sistema. Se tiene que apostar más desde las comunidades por el deporte, que haya unas instalaciones competitivas decentes, que se invierta en los clubes, que tengan esa capacidad para ofrecer a los jugadores proyectos que no les obliguen o les empujen a tener que marcharse para cumplir su sueño deportivo o para tener unas condiciones económicas dignas. 

Creo que, poquito a poco, las cosas se van intentando hacer un poquito mejor, también fuera de Madrid, y creo que a España le vendría muy bien que el waterpolo creciese más allá de las fronteras de Cataluña para que la liga fuese más competitiva y hubiese un país con un waterpolo más potente. 

De hecho, este es uno de los objetivos que tiene LEWaterpolo desde 2022, cuando se fundaron estas oficinas. Tras tantos años jugando en División de Honor, que nos ha dicho que son muchos, ¿cómo valoraría la evolución de la liga original hasta la de ahora, LEWaterpolo? 

Ni más ni menos, la evolución de la liga hace que se mantenga en mí también la ilusión y que quiera seguir compitiendo. Yo recuerdo que cuando empecé a jugar no había música antes de los partidos; esto de los premios del MVP del partido tampoco existía; por supuesto, no estaba el tema de las redes sociales... Pero sí que es verdad que, desde hace unos años para acá - que ya existía todo esto en otras disciplinas, en otros deportes -, en el waterpolo, no se hacía y yo siempre me preguntaba: "pero, ¿por qué no vendemos nuestro producto?" 

Creo que las iniciativas y los pasos que se están dando desde la liga son muy acertados. Es acercar a los jugadores a la gente, acercar el deporte a la gente. Sobre todo a través de las redes sociales. Creo que es un acierto y están haciendo que la liga sea muy apetecible, muy bonita, que se luzca. Y creo que es el camino a seguir. Ojalá se siga creciendo y que esto que se está haciendo desde la liga les sirva a otros patrocinadores para fijarse en nuestro producto e invertir en nosotros, que nos hace falta. 

¿Y cree que el waterpolo, con estas iniciativas y con los éxitos que se están consiguiendo últimamente, está ganando popularidad y que podría llegar a ser un deporte profesional? 

Pues es el objetivo, ¿no? Que haya unas condiciones dignas para todos, que todos los jugadores de los clubes tengan un contrato profesional, que haya un salario mínimo... Creo que el waterpolo en nuestro país, quitando dos, tres equipos que sí que son profesionales, es un deporte 'amateur' con algunos profesionales. Y mientras las cosas sigan así es muy difícil hacer crecer el deporte. Porque al final obligas a la gente, sobre todo a la gente joven, a elegir entre estudiar o venir aquí por un dinero que no les compensa. Y a los que somos más mayores nos obligan a retirarnos un poquito antes. Porque de esto no se puede vivir. Entonces creo que hay muchas cosas que se pueden hacer desde el waterpolo para hacerlo crecer. Y desde luego ese es el objetivo. Como decía, al final el sacrificio que hacemos todos es exactamente el mismo. El venir aquí, echar tantas horas, que por lo menos se vea recompensado económicamente de una manera digna y que tengamos un deporte mejor. 

En línea con esto, LEWaterpolo tiene como objetivo crear impacto social. Desde su perspectiva, ¿cómo cree que puede seguir avanzando en la promoción de la diversidad, la inclusión y la igualdad en el deporte? 

Pues mira, yo siempre digo que lo que no se ve es como si no existiera, entonces es muy importante que este tipo de reivindicaciones las sintamos como propias. Yo siempre digo que a mí no me hace falta ser mujer para ser feminista; a mí no me hace falta ser negro para estar en contra el racismo; en mi caso, creo que tampoco le hace falta a nadie ser una persona LGTBI para asumir como propias estas causas; o el cambio climático, cualquier causa verde. Es decir, hay muchas reivindicaciones que son importantes, sobre todo las que afectan a los derechos humanos. Creo que es vital que el deporte, y nuestro deporte, empiece a dar pasos al frente en ese sentido y que asuma estas reivindicaciones como propias de verdad. Porque es muy triste que el deporte se le pueda cerrar a personas por su orientación, por su raza, por su género. Que sientan que el deporte no es un espacio para ellas. Entonces, a mí me parece que es fundamental que el waterpolo empiece también a creer en estas causas y que lleve adelante campañas de visibilidad. 

Ahora que se están manejando mucho las redes sociales, que se sume a campañas, que incite a los clubes también a participar de ellas y que, desde luego, lo que transmitamos sea que el waterpolo es un deporte para todo el mundo, sin excepción. 

Una charla con Víctor Gutiérrez

Víctor Gutiérrez Santiago ha entregado su vida al waterpolo. Con 32 años, aún juega en la máxima categoría de este deporte entre las filas del Geodesic Real Canoe NC.  

Su aventura con el waterpolo comenzó en el Club Natación La Latina, donde estuvo hasta que, con 18 años, firmó su primer contrato profesional con Real Canoe NC. Después de veinte años disfrutando de su deporte cerca de casa, en 2019 se mudó a tierras catalanas y fichó por CN Terrassa.  

Entre tanto, desde su ingreso en el Centro de Tecnificación de Natación de Madrid, Víctor ha sabido compaginar su desarrollo como deportista con su formación académica. De hecho, es graduado en las carreras de Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Rey Juan Carlos, en el máster en Comunicación Corporativa, Eventos y Protocolo por el ESERP y en MBA por la UCAM. 

¿Qué le atrajo del waterpolo? ¿Cree que eso que le hizo probar este deporte sigue presente después de tantos años dedicándose a ello? 

Pues mira, yo empecé a jugar waterpolo por pura casualidad. Llevo nadando desde que tengo dos años y, más o menos a mis ocho años, cerró la piscina donde yo nadaba. Entonces, como siempre me ha gustado mucho el agua, mis padres buscaron un nuevo club en el que poder seguir nadando. Y encontramos el Club Natación La Latina. Rápidamente, una vez entramos mi hermano y yo, me ficharon para el club de waterpolo. Ya en cuanto conocí la pelota y las porterías, cambié el balón por las gafas. Fue un flechazo. Un amor a primera vista. 

Y la verdad que creo que a día de hoy todavía siguen en el deportista que soy esa pasión y esa ilusión del niño. El waterpolo es mi mayor pasión, lo que más me gusta, y lo sigo disfrutando como cuando tenía ocho años.  

Y ahora que ha pasado a un nivel más alto, comparado con el de ese niño de ocho años, ¿qué rol cumple en su club, en Real Canoe NC? ¿Cómo describiría su contribución al equipo? 

Bueno, evidentemente, ahora estoy en otra etapa deportiva. Estoy disfrutando muchísimo este nuevo rol que tengo y creo que lo que aporto es, sobre todo, gol – que creo que es una de mis principales características como jugador - y luego veteranía y liderazgo, dos factores muy importantes en el deporte. 

Si no me equivoco, el Canoe es el equipo más joven de toda la liga. Entonces, tener un jugador como yo, que ya tiene 32 años, que ha jugado - esta es mi 15.ª temporada, que se dice pronto -, a los chicos creo que les viene muy bien. Es tener ese punto de veteranía y de liderazgo en algunos momentos complicados, algo que a la gente joven, aunque es verdad que hay mucho talento, le cuesta un poco más.  

Nos cuenta que su veteranía aporta al equipo y que los deportistas más jóvenes se pueden guiar con usted. ¿Cree que tiene un papel de líder? Si es así, ¿qué características debe cumplir un buen líder en un equipo de waterpolo? 

Sí, creo que sí que cumplo ese papel de líder en el equipo. Creo que el liderazgo lo que necesita de la persona que lo ejerce es compromiso, en primer lugar, y luego llevarse bien con todo el mundo. Evidentemente, en algún momento tienes que levantar la voz cuando toca, pero el objetivo no es que la gente te vea con temor o con un respeto malentendido, sino todo lo contrario: como una persona cercana, como una persona en la que apoyarse. Al final es eso. Cuando tú vas jodido en el agua, que mires al lado y veas a esa persona tirando a lo mejor con esa tranquilidad o con esa cara de decir "ahora lo vamos a conseguir". Yo creo que ese es el liderazgo. El saber llevar el equipo en los momentos más complicados. 

Víctor acumula numerosos títulos en su carrera deportiva. Entre ellos, los de subcampeón de Europa sub-18, subcampeón del mundo sub-20 y subcampeón de la Copa del Rey en 2013 y 2020. De hecho, ha sido internacional en más de 70 ocasiones con la selección española, con quien disputó el Mundial del año 2017. También ha sido el máximo goleador de la División de Honor española en las temporadas 2016/17, 2017/18 y 2018/19.  

Pasando ya a su trayectoria como jugador, ha cosechado muchos logros, incluidos campeonatos mundiales y títulos nacionales. Pero, ¿cuál cree que es el momento que más le ha marcado en toda esta carrera deportiva?  

Pues por suerte tengo muchísimos momentos, muy bonitos, a lo largo de mi carrera. Mi debut en División Honor, mi primer gol, mi debut con la selección española, las finales que he jugado de Copa del Rey, participar en la Champions...  Son muchos momentos, pero yo creo que para mí el más bonito fue, no solamente por lo deportivo, sino también por el grupo humano que teníamos y por el equipo y la amistad que hicimos, el Campeonato del Mundo Sub20 en 2011. Fue en Volos, llegamos a la final e hicimos plata. Creo que, para mí, es uno de los momentos más bonitos de mi carrera. 

Ya te digo, no solamente por la parte deportiva, que evidentemente llegar a una final de un mundial - además, recuerdo que hacía muchísimos años que no se llegaba a una final de un mundial -, sino por el grupo que hicimos, por los lazos que estrechamos entre los compañeros. Y la verdad que fue muy bonito. 

En octubre de 2021, Víctor fue nombrado Secretario de Políticas LGTBI del PSOE por el Secretario General del partido en ese momento, Pedro Sánchez. Esto le obligó a volver a Madrid y, por tanto, abandonar las filas del CN Terrassa con la temporada ya iniciada.  

En esta trayectoria, vivió una etapa en Barcelona y tuvo que volver a Madrid por cuestiones laborales, teniendo que hacer también un parón en la alta competición. ¿Qué percepción tuvo del waterpolo durante este tiempo? ¿Qué le hizo seguir adelante con la alta competición después de ese año parado? 

Pues en mi vida aparece un tren que yo no esperaba y decido cogerlo. Durante un tiempo corto, pero que se me hizo muy largo, tuve que dejar de hacer waterpolo. No podía tampoco jugar en División Honor y la verdad es que lo eché mucho de menos. Cuando apareció esta oportunidad, yo no sabía si iba a significar que definitivamente tenía que dejar el deporte, y al poco tiempo me di cuenta de que iba a buscar la manera de compaginarlo. 

En este tiempo incorporado plenamente al mercado laboral me he dado cuenta de muchas cosas. La primera, que el deporte te prepara para todo. Muchas veces los deportistas estamos ahí y no somos capaces de ver todas las herramientas que nos da el deporte. Yo me siento absolutamente preparado ahora para afrontar cualquier reto en mi vida gracias al deporte. El deporte te enseña a sufrir, a ser disciplinado, a comprometerte... y para mí la mayor lección no es solamente el saber ganar, que eso por supuesto que el deporte te lo enseña, sino saber perder. Porque desgraciadamente perdemos muchas más veces en la vida de las que ganamos. Y el deporte te prepara para ello.  

Así que bueno, fue una etapa corta pero que se me hizo larga, y rápidamente decidí que quería buscar la manera para seguir compitiendo. No vengo todos los días, no hago doble sesión, pero sí que procuro venir lo máximo que puedo y disputar todos los partidos posibles. Y estoy muy, muy, muy feliz. 

Me alegro mucho por eso. Está claro que Cataluña tiene la hegemonía de nuestro deporte, del waterpolo español. Ya que conoce ambos lados, porque ha jugado fuera de Cataluña y luego en Barcelona, ¿qué desafíos cree que experimentan los clubes de otras comunidades para jugar en esta élite?  

Claro, partimos aquí de una mayor tradición en Cataluña. Es cierto que prácticamente cada barrio tiene su instalación deportiva, con su piscina acondicionada para competir, sus clubes... Y al final eso da mucho nivel. Yo recuerdo, cuando jugaba en Barcelona, que prácticamente cada semana tenías un entrenamiento de partido con algún equipo de allí. A la hora de moverse los jugadores y de cambiar de equipo es mucho más sencillo. Entonces creo que sí, que en el resto de las comunidadeslo tenemos un poco más complicado, precisamente porque no hay tantos clubes, porque es mucho más difícil moverse... Pero no creo que sea una cuestión de talento. Por ejemplo, si juntásemos a todos los jugadores madrileños que tenemos desperdigados por España, pues tendríamos un equipo para aspirar absolutamente a todo.  

Entonces yo creo que es un tema más del sistema. Se tiene que apostar más desde las comunidades por el deporte, que haya unas instalaciones competitivas decentes, que se invierta en los clubes, que tengan esa capacidad para ofrecer a los jugadores proyectos que no les obliguen o les empujen a tener que marcharse para cumplir su sueño deportivo o para tener unas condiciones económicas dignas. 

Creo que, poquito a poco, las cosas se van intentando hacer un poquito mejor, también fuera de Madrid, y creo que a España le vendría muy bien que el waterpolo creciese más allá de las fronteras de Cataluña para que la liga fuese más competitiva y hubiese un país con un waterpolo más potente. 

De hecho, este es uno de los objetivos que tiene LEWaterpolo desde 2022, cuando se fundaron estas oficinas. Tras tantos años jugando en División de Honor, que nos ha dicho que son muchos, ¿cómo valoraría la evolución de la liga original hasta la de ahora, LEWaterpolo? 

Ni más ni menos, la evolución de la liga hace que se mantenga en mí también la ilusión y que quiera seguir compitiendo. Yo recuerdo que cuando empecé a jugar no había música antes de los partidos; esto de los premios del MVP del partido tampoco existía; por supuesto, no estaba el tema de las redes sociales... Pero sí que es verdad que, desde hace unos años para acá - que ya existía todo esto en otras disciplinas, en otros deportes -, en el waterpolo, no se hacía y yo siempre me preguntaba: "pero, ¿por qué no vendemos nuestro producto?" 

Creo que las iniciativas y los pasos que se están dando desde la liga son muy acertados. Es acercar a los jugadores a la gente, acercar el deporte a la gente. Sobre todo a través de las redes sociales. Creo que es un acierto y están haciendo que la liga sea muy apetecible, muy bonita, que se luzca. Y creo que es el camino a seguir. Ojalá se siga creciendo y que esto que se está haciendo desde la liga les sirva a otros patrocinadores para fijarse en nuestro producto e invertir en nosotros, que nos hace falta. 

¿Y cree que el waterpolo, con estas iniciativas y con los éxitos que se están consiguiendo últimamente, está ganando popularidad y que podría llegar a ser un deporte profesional? 

Pues es el objetivo, ¿no? Que haya unas condiciones dignas para todos, que todos los jugadores de los clubes tengan un contrato profesional, que haya un salario mínimo... Creo que el waterpolo en nuestro país, quitando dos, tres equipos que sí que son profesionales, es un deporte 'amateur' con algunos profesionales. Y mientras las cosas sigan así es muy difícil hacer crecer el deporte. Porque al final obligas a la gente, sobre todo a la gente joven, a elegir entre estudiar o venir aquí por un dinero que no les compensa. Y a los que somos más mayores nos obligan a retirarnos un poquito antes. Porque de esto no se puede vivir. Entonces creo que hay muchas cosas que se pueden hacer desde el waterpolo para hacerlo crecer. Y desde luego ese es el objetivo. Como decía, al final el sacrificio que hacemos todos es exactamente el mismo. El venir aquí, echar tantas horas, que por lo menos se vea recompensado económicamente de una manera digna y que tengamos un deporte mejor. 

En línea con esto, LEWaterpolo tiene como objetivo crear impacto social. Desde su perspectiva, ¿cómo cree que puede seguir avanzando en la promoción de la diversidad, la inclusión y la igualdad en el deporte? 

Pues mira, yo siempre digo que lo que no se ve es como si no existiera, entonces es muy importante que este tipo de reivindicaciones las sintamos como propias. Yo siempre digo que a mí no me hace falta ser mujer para ser feminista; a mí no me hace falta ser negro para estar en contra el racismo; en mi caso, creo que tampoco le hace falta a nadie ser una persona LGTBI para asumir como propias estas causas; o el cambio climático, cualquier causa verde. Es decir, hay muchas reivindicaciones que son importantes, sobre todo las que afectan a los derechos humanos. Creo que es vital que el deporte, y nuestro deporte, empiece a dar pasos al frente en ese sentido y que asuma estas reivindicaciones como propias de verdad. Porque es muy triste que el deporte se le pueda cerrar a personas por su orientación, por su raza, por su género. Que sientan que el deporte no es un espacio para ellas. Entonces, a mí me parece que es fundamental que el waterpolo empiece también a creer en estas causas y que lleve adelante campañas de visibilidad. 

Ahora que se están manejando mucho las redes sociales, que se sume a campañas, que incite a los clubes también a participar de ellas y que, desde luego, lo que transmitamos sea que el waterpolo es un deporte para todo el mundo, sin excepción. 

Una charla con Víctor Gutiérrez

Víctor Gutiérrez Santiago ha entregado su vida al waterpolo. Con 32 años, aún juega en la máxima categoría de este deporte entre las filas del Geodesic Real Canoe NC.  

Su aventura con el waterpolo comenzó en el Club Natación La Latina, donde estuvo hasta que, con 18 años, firmó su primer contrato profesional con Real Canoe NC. Después de veinte años disfrutando de su deporte cerca de casa, en 2019 se mudó a tierras catalanas y fichó por CN Terrassa.  

Entre tanto, desde su ingreso en el Centro de Tecnificación de Natación de Madrid, Víctor ha sabido compaginar su desarrollo como deportista con su formación académica. De hecho, es graduado en las carreras de Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Rey Juan Carlos, en el máster en Comunicación Corporativa, Eventos y Protocolo por el ESERP y en MBA por la UCAM. 

¿Qué le atrajo del waterpolo? ¿Cree que eso que le hizo probar este deporte sigue presente después de tantos años dedicándose a ello? 

Pues mira, yo empecé a jugar waterpolo por pura casualidad. Llevo nadando desde que tengo dos años y, más o menos a mis ocho años, cerró la piscina donde yo nadaba. Entonces, como siempre me ha gustado mucho el agua, mis padres buscaron un nuevo club en el que poder seguir nadando. Y encontramos el Club Natación La Latina. Rápidamente, una vez entramos mi hermano y yo, me ficharon para el club de waterpolo. Ya en cuanto conocí la pelota y las porterías, cambié el balón por las gafas. Fue un flechazo. Un amor a primera vista. 

Y la verdad que creo que a día de hoy todavía siguen en el deportista que soy esa pasión y esa ilusión del niño. El waterpolo es mi mayor pasión, lo que más me gusta, y lo sigo disfrutando como cuando tenía ocho años.  

Y ahora que ha pasado a un nivel más alto, comparado con el de ese niño de ocho años, ¿qué rol cumple en su club, en Real Canoe NC? ¿Cómo describiría su contribución al equipo? 

Bueno, evidentemente, ahora estoy en otra etapa deportiva. Estoy disfrutando muchísimo este nuevo rol que tengo y creo que lo que aporto es, sobre todo, gol – que creo que es una de mis principales características como jugador - y luego veteranía y liderazgo, dos factores muy importantes en el deporte. 

Si no me equivoco, el Canoe es el equipo más joven de toda la liga. Entonces, tener un jugador como yo, que ya tiene 32 años, que ha jugado - esta es mi 15.ª temporada, que se dice pronto -, a los chicos creo que les viene muy bien. Es tener ese punto de veteranía y de liderazgo en algunos momentos complicados, algo que a la gente joven, aunque es verdad que hay mucho talento, le cuesta un poco más.  

Nos cuenta que su veteranía aporta al equipo y que los deportistas más jóvenes se pueden guiar con usted. ¿Cree que tiene un papel de líder? Si es así, ¿qué características debe cumplir un buen líder en un equipo de waterpolo? 

Sí, creo que sí que cumplo ese papel de líder en el equipo. Creo que el liderazgo lo que necesita de la persona que lo ejerce es compromiso, en primer lugar, y luego llevarse bien con todo el mundo. Evidentemente, en algún momento tienes que levantar la voz cuando toca, pero el objetivo no es que la gente te vea con temor o con un respeto malentendido, sino todo lo contrario: como una persona cercana, como una persona en la que apoyarse. Al final es eso. Cuando tú vas jodido en el agua, que mires al lado y veas a esa persona tirando a lo mejor con esa tranquilidad o con esa cara de decir "ahora lo vamos a conseguir". Yo creo que ese es el liderazgo. El saber llevar el equipo en los momentos más complicados. 

Víctor acumula numerosos títulos en su carrera deportiva. Entre ellos, los de subcampeón de Europa sub-18, subcampeón del mundo sub-20 y subcampeón de la Copa del Rey en 2013 y 2020. De hecho, ha sido internacional en más de 70 ocasiones con la selección española, con quien disputó el Mundial del año 2017. También ha sido el máximo goleador de la División de Honor española en las temporadas 2016/17, 2017/18 y 2018/19.  

Pasando ya a su trayectoria como jugador, ha cosechado muchos logros, incluidos campeonatos mundiales y títulos nacionales. Pero, ¿cuál cree que es el momento que más le ha marcado en toda esta carrera deportiva?  

Pues por suerte tengo muchísimos momentos, muy bonitos, a lo largo de mi carrera. Mi debut en División Honor, mi primer gol, mi debut con la selección española, las finales que he jugado de Copa del Rey, participar en la Champions...  Son muchos momentos, pero yo creo que para mí el más bonito fue, no solamente por lo deportivo, sino también por el grupo humano que teníamos y por el equipo y la amistad que hicimos, el Campeonato del Mundo Sub20 en 2011. Fue en Volos, llegamos a la final e hicimos plata. Creo que, para mí, es uno de los momentos más bonitos de mi carrera. 

Ya te digo, no solamente por la parte deportiva, que evidentemente llegar a una final de un mundial - además, recuerdo que hacía muchísimos años que no se llegaba a una final de un mundial -, sino por el grupo que hicimos, por los lazos que estrechamos entre los compañeros. Y la verdad que fue muy bonito. 

En octubre de 2021, Víctor fue nombrado Secretario de Políticas LGTBI del PSOE por el Secretario General del partido en ese momento, Pedro Sánchez. Esto le obligó a volver a Madrid y, por tanto, abandonar las filas del CN Terrassa con la temporada ya iniciada.  

En esta trayectoria, vivió una etapa en Barcelona y tuvo que volver a Madrid por cuestiones laborales, teniendo que hacer también un parón en la alta competición. ¿Qué percepción tuvo del waterpolo durante este tiempo? ¿Qué le hizo seguir adelante con la alta competición después de ese año parado? 

Pues en mi vida aparece un tren que yo no esperaba y decido cogerlo. Durante un tiempo corto, pero que se me hizo muy largo, tuve que dejar de hacer waterpolo. No podía tampoco jugar en División Honor y la verdad es que lo eché mucho de menos. Cuando apareció esta oportunidad, yo no sabía si iba a significar que definitivamente tenía que dejar el deporte, y al poco tiempo me di cuenta de que iba a buscar la manera de compaginarlo. 

En este tiempo incorporado plenamente al mercado laboral me he dado cuenta de muchas cosas. La primera, que el deporte te prepara para todo. Muchas veces los deportistas estamos ahí y no somos capaces de ver todas las herramientas que nos da el deporte. Yo me siento absolutamente preparado ahora para afrontar cualquier reto en mi vida gracias al deporte. El deporte te enseña a sufrir, a ser disciplinado, a comprometerte... y para mí la mayor lección no es solamente el saber ganar, que eso por supuesto que el deporte te lo enseña, sino saber perder. Porque desgraciadamente perdemos muchas más veces en la vida de las que ganamos. Y el deporte te prepara para ello.  

Así que bueno, fue una etapa corta pero que se me hizo larga, y rápidamente decidí que quería buscar la manera para seguir compitiendo. No vengo todos los días, no hago doble sesión, pero sí que procuro venir lo máximo que puedo y disputar todos los partidos posibles. Y estoy muy, muy, muy feliz. 

Me alegro mucho por eso. Está claro que Cataluña tiene la hegemonía de nuestro deporte, del waterpolo español. Ya que conoce ambos lados, porque ha jugado fuera de Cataluña y luego en Barcelona, ¿qué desafíos cree que experimentan los clubes de otras comunidades para jugar en esta élite?  

Claro, partimos aquí de una mayor tradición en Cataluña. Es cierto que prácticamente cada barrio tiene su instalación deportiva, con su piscina acondicionada para competir, sus clubes... Y al final eso da mucho nivel. Yo recuerdo, cuando jugaba en Barcelona, que prácticamente cada semana tenías un entrenamiento de partido con algún equipo de allí. A la hora de moverse los jugadores y de cambiar de equipo es mucho más sencillo. Entonces creo que sí, que en el resto de las comunidadeslo tenemos un poco más complicado, precisamente porque no hay tantos clubes, porque es mucho más difícil moverse... Pero no creo que sea una cuestión de talento. Por ejemplo, si juntásemos a todos los jugadores madrileños que tenemos desperdigados por España, pues tendríamos un equipo para aspirar absolutamente a todo.  

Entonces yo creo que es un tema más del sistema. Se tiene que apostar más desde las comunidades por el deporte, que haya unas instalaciones competitivas decentes, que se invierta en los clubes, que tengan esa capacidad para ofrecer a los jugadores proyectos que no les obliguen o les empujen a tener que marcharse para cumplir su sueño deportivo o para tener unas condiciones económicas dignas. 

Creo que, poquito a poco, las cosas se van intentando hacer un poquito mejor, también fuera de Madrid, y creo que a España le vendría muy bien que el waterpolo creciese más allá de las fronteras de Cataluña para que la liga fuese más competitiva y hubiese un país con un waterpolo más potente. 

De hecho, este es uno de los objetivos que tiene LEWaterpolo desde 2022, cuando se fundaron estas oficinas. Tras tantos años jugando en División de Honor, que nos ha dicho que son muchos, ¿cómo valoraría la evolución de la liga original hasta la de ahora, LEWaterpolo? 

Ni más ni menos, la evolución de la liga hace que se mantenga en mí también la ilusión y que quiera seguir compitiendo. Yo recuerdo que cuando empecé a jugar no había música antes de los partidos; esto de los premios del MVP del partido tampoco existía; por supuesto, no estaba el tema de las redes sociales... Pero sí que es verdad que, desde hace unos años para acá - que ya existía todo esto en otras disciplinas, en otros deportes -, en el waterpolo, no se hacía y yo siempre me preguntaba: "pero, ¿por qué no vendemos nuestro producto?" 

Creo que las iniciativas y los pasos que se están dando desde la liga son muy acertados. Es acercar a los jugadores a la gente, acercar el deporte a la gente. Sobre todo a través de las redes sociales. Creo que es un acierto y están haciendo que la liga sea muy apetecible, muy bonita, que se luzca. Y creo que es el camino a seguir. Ojalá se siga creciendo y que esto que se está haciendo desde la liga les sirva a otros patrocinadores para fijarse en nuestro producto e invertir en nosotros, que nos hace falta. 

¿Y cree que el waterpolo, con estas iniciativas y con los éxitos que se están consiguiendo últimamente, está ganando popularidad y que podría llegar a ser un deporte profesional? 

Pues es el objetivo, ¿no? Que haya unas condiciones dignas para todos, que todos los jugadores de los clubes tengan un contrato profesional, que haya un salario mínimo... Creo que el waterpolo en nuestro país, quitando dos, tres equipos que sí que son profesionales, es un deporte 'amateur' con algunos profesionales. Y mientras las cosas sigan así es muy difícil hacer crecer el deporte. Porque al final obligas a la gente, sobre todo a la gente joven, a elegir entre estudiar o venir aquí por un dinero que no les compensa. Y a los que somos más mayores nos obligan a retirarnos un poquito antes. Porque de esto no se puede vivir. Entonces creo que hay muchas cosas que se pueden hacer desde el waterpolo para hacerlo crecer. Y desde luego ese es el objetivo. Como decía, al final el sacrificio que hacemos todos es exactamente el mismo. El venir aquí, echar tantas horas, que por lo menos se vea recompensado económicamente de una manera digna y que tengamos un deporte mejor. 

En línea con esto, LEWaterpolo tiene como objetivo crear impacto social. Desde su perspectiva, ¿cómo cree que puede seguir avanzando en la promoción de la diversidad, la inclusión y la igualdad en el deporte? 

Pues mira, yo siempre digo que lo que no se ve es como si no existiera, entonces es muy importante que este tipo de reivindicaciones las sintamos como propias. Yo siempre digo que a mí no me hace falta ser mujer para ser feminista; a mí no me hace falta ser negro para estar en contra el racismo; en mi caso, creo que tampoco le hace falta a nadie ser una persona LGTBI para asumir como propias estas causas; o el cambio climático, cualquier causa verde. Es decir, hay muchas reivindicaciones que son importantes, sobre todo las que afectan a los derechos humanos. Creo que es vital que el deporte, y nuestro deporte, empiece a dar pasos al frente en ese sentido y que asuma estas reivindicaciones como propias de verdad. Porque es muy triste que el deporte se le pueda cerrar a personas por su orientación, por su raza, por su género. Que sientan que el deporte no es un espacio para ellas. Entonces, a mí me parece que es fundamental que el waterpolo empiece también a creer en estas causas y que lleve adelante campañas de visibilidad. 

Ahora que se están manejando mucho las redes sociales, que se sume a campañas, que incite a los clubes también a participar de ellas y que, desde luego, lo que transmitamos sea que el waterpolo es un deporte para todo el mundo, sin excepción. 

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