En el fútbol existen jugadores que juegan como defensas, lateral, delantero… Cada uno de ellos, más allá de tener como objetivo principal ganar el partido, cumple con funciones determinadas. Pues bien, en el waterpolo, al igual que en el fútbol, el baloncesto, o muchos otros deportes de pelota, ocurre exactamente lo mismo: existen diferentes posiciones y cada una tiene una importancia en el conjunto del juego.
A continuación vamos a explicar cómo funcionan las diferentes posiciones de los y las jugadoras en este deporte para así poder entender un poco mejor la mecánica del juego.
Las posiciones en el waterpolo: cuáles son y cómo se distribuyen en la piscina
Lo primero que debemos aclarar es que un equipo de waterpolo se compone de seis jugadores/as y la figura del portero/a. Además, habrá seis jugadores/as suplentes en el banquillo.
Las diferentes posiciones se clasifican en: cubreboya, boya, lateral o extremo. Veamos en qué consiste cada posición.
Cubreboya o central: es la persona encargada de marcar al boya rival e intentar recuperar el balón para evitar contraataques para su equipo.
Boya: es la principal figura atacante del equipo. Suele jugar siempre de espaldas a la portería rival. Cuando recibe el balón puede tirar directamente o pasarlo a otro compañero/a que esté cerca de la portería. Por esto es fundamental la figura del cubreboya.
Laterales: se colocan detrás de los cinco metros de cada portería. Se encargan de las demarcaciones o de realizar cortes para despejar al boya o bloqueos, entre otras cosas.
Extremos: suelen ser las personas más veloces del equipo, se mueven por los laterales ayudando a pasar al boya y realizando ataques.
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